los orígenes de nuestra lengua se remontan muchos siglos antes de nuestra era. Se supone que los primeros habitantes de lo que hoy es la península ibérica (España y Portugal), se establecieron a los lados de los pirineos (cadena montañosa entre Francia y España). En otra región geográfica (costa de levante) se establecieron los iberos, de cuyo nombre tomo el propio la península. La civilización tartesia (influida por comunidades étnicas venidas de oriente) se estableció en lo que actualmente es la región sur de Portugal y la parte baja de Andalucía.
Los fenicios, venidos de Cartago, fundaron en el año 1110 A.C. la hoy ciudad de Cádiz. Otra ciudad importante nacida a merced de los fenicios fue Málaga. Los griegos, desterrados del sur por los fenicios, se establecieron en la región de levante. Ahí fundaron ciudades importantes como lucentum, hoy alicantes y emporion, Ampurias. Estas dos influencias: la fenicia y la griega, propiciaron el desarrollo del arte ibérico, tanto en numismática como en escultura.
Los celtas invadieron Hispania en el siglo VII A.C. se mezclaron con los iberos en el centro y bajo Aragón, y formaron una región llamada Celtiberia. Entran como elementos informativos de las palabras, las voces: “briga” que significa fortaleza y “sego” o “segi” que indican victoria, por ejemplo: “Conimbriga” Coimbra, “Lacobriga” Carrión, “Seguvia” Segovia. La palabra “dunum”, es sinónimo de “briga”; aquel elemento también entro en la formación de topónimos. Dichos lugares se encuentran localizados tanto en la región central como en la oriental de los pirineos. No se puede hablar de una unidad lingüística en la península ibérica antes de la llegada de los romanos. Los alfabetos ibéricos y taresio sirvieron cada uno para diversas lenguas. Los grupos colonizadores conservaron y extendieron cada uno su propia lengua: griegos, fenicios, cartaginenses, celtas, etc.
Los romanos emprenden la conquista de Hispania en el año 206 A.C. la pacificación fue completa hasta el año 19 A.C., cuando augusto sometió definitivamente a los cántabros y astures. Así, roma, al conquistar nuevas tierras, acababa con las pugnas entre tribus, pueblos y ciudades, imponiendo su cultura, que traía el concepto de la ley y la ciudadanía. Los romanos eran maestros en la administración y derecho. Debemos recordar que el derecho romano sentó las bases de las legislaciones occidentales. Tampoco debemos olvidar que construyeron admirablemente calzadas, puertos, puentes y acueductos que aun están en pie. Muy pronto empezaron a levantar ciudades latinas en la península ibérica; en 206 A.C. fundaron itálica. Se extendieron rápidamente por diversas regiones del país colonizado. Ya en el año 90 A.C. nativos de Salduia (Zaragoza) luchaban como hermanos al lado de los romanos en la guerra social de Italia.
El latín lengua oficial de los romanos, se impuso rápidamente como instrumento de comunicación en todo el imperio romano. Elementos romanos y celtas se combinaron para formar: caesarbriga (talavera) y juliobriga (cerca de reinosa) y augustobriga (ciudad Rodrigo). El latín, idioma claro y preciso, enérgico, practico y ordenado, adquirió gracia cuando tuvo contacto con la lengua griega, Hispania fue testigo del florecimiento de la literatura latina, que imito haciéndolo suyo, los modelos de los grandes maestros griegos.
El latín pertenece a las llamadas lenguas itálicas que se hablaron antes de Cristo en la península del mismo nombre. A su vez, dichas lenguas itálicas pertenecían al indoeuropeo, originario de casi todas las lenguas que se hablan en Europa. Además de latín son indoeuropeas: las lenguas celticas, las lenguas germánicas, las lenguas eslavas y la lengua escandinava, también el griego y el albañes.
Existieron dos clases de latín: el culto y el vulgar. El primero era usado por los escritores y gente preparada; el vulgar era hablado por el pueblo de roma. Este fue el que se impuso en todas las colonias. Con el devenir del tiempo, la evolución del latín vulgar, al lado de la conformación de las naciones, vino a dar lo que hoy llamamos lenguas romances, románicas o neolatinas: español, francés, italiano, provenzal, catalán, gallego-portugués, retorrománico, rumano y sardo.
La dominación romana termino en el siglo V d.C., cuando desmembró el imperio.
El español: esta lengua también se llama castellano, por ser el nombre de la comunidad lingüística que hablo esta modalidad romaniza en tiempos medievales: castilla. El término español es relativamente reciente y no es admitido por los muchos hablantes bilingües del estado español, pues entienden que español incluye los términos valenciano, gallego, catalán y vasco.